lunes, 16 de febrero de 2009

"Recuerda Cuerpo".


Recuerda, cuerpo, no sólo cuánto se te amó, no solo los lechos donde estuviste echado, más también aquellos deseos que, por ti, en miradas brillaron claramente y en la voz se estremecieron –y que un obstáculo fortuito los frustró. Ahora que todo se halla en el pasado, parece casi que a los deseos aquellos te hubieras entregado –cómo brillaban, recuerda, en los ojos que te miraban; cómo en la voz por ti se estremecían, recuerda, cuerpo.



CONSTANTINO KAVAFIS.

jueves, 11 de septiembre de 2008

El día que perdimos los rostros.


Ya que más nos quedan sino las ruinas de la libertad. Derribadas sin más, para despertarnos tras el sueño de los somníferos de la década anterior, sueño plácido que parecía seguro, pero que no era más que la imagen que tallaron al interior de nuestros párpados.

Derribaron la realidad falsamente para realmente instaurar una falsedad. Todos los grilletes estallaron hacia el horizonte reuniéndose para reproducirse y volviendo para encadenarnos again.

Cualquiera puede ser, tú o él, pero no yo. Ellos sí, nosotros no. Los culpables del derrumbe son los culpables de nuestra jaqueca. Trajeron el miedo y lo desencadenaron, justo ante el retorno de los grilletes. Nadie nos protege ya, hasta nuestro protector nos apunta con el dedo. Es admirable apuntar al culpable, pero serlo es irremediable.

Un regalo nos dio y no fue del mismo porte. Entregar la libertad por una ilusión de seguridad no es justo, algo real por un pagaré, pagaré de algo que no pedimos. Segura libertad ya no hay, mas sólo libre seguridad.

¡Todos al escondite! El rostro no hay que mostrar, el que mira a los ojos en piedra se convertirá y libre ya jamás será.

sábado, 30 de agosto de 2008

“L´ Homme Machine”.



“No he de ser tu esclavo, madre Natura; seré tu amo”.

Vicente Huidobro, “Non Serviam”.





Realidad y ficción se entremezclaban hasta parecer una sola mentira.
Este es el mundo que destruido ya estaba cuando llegué,
Allá, la Tierra Baldía;
Los niños que juegan a ser felices, ante un mundo que de por sí es de color
Infeliz.
De cuando en cuando las personas salen de sus agujeros particulares para
Adentrarse en los agujeros colectivos, donde ya no están solos por separado
De manera casi risible, sino que están solos de otra manera:

Están solos en su interioridad, solos por sí solos, solos cuando están acompañados.

No sé en qué momento me dormí/perdí, pero lo que sí sé es que ya nada es
Igual. Antes, las personas se molestaban unas con otras;
Nadie aceptaba que otro fuera mejor que ellos;
Ganaban los que sufrían, mientras que todos hacían sufrir a los que ganaban; Unos ganaban, otros perdían, pero todos participaban.
Nadie regalaba sonrisas, pero todos regalaban miradas falsamente especiosas;
Estos coqueteaban con las mujeres de aquellos;
Aquellos vendían la salud de sus madres.
Debo admitir que no era un mundo muy hospitalario, pero
Al menos había trato entre las personas, entendíamos que el otro era “como” yo y no algo muy distinto: éramos como perros hambrientos que nos disputábamos un pedazo de carne mientras nos mirábamos a los ojos, pero es lo éramos todos y recíprocamente.

¿En qué momento todo se convirtió en un cuadro de Hopper? El mundo se despobló, justo en el preciso instante en que la población alcanzaba sus mayores números en la historia: todo se hizo yermo, hostil, brutal, pobre y solitario. Cada persona vive junto a las demás, pero cada uno por su cuenta. Cada uno es un rey de un planeta con un solo habitante. Cada uno no necesita de nada más que de sí. No existe nadie más, no existe nada más. La Tierra está Baldía. Todos son reyes, pero nadie tiene súbditos; en realidad todos esos que creen ser reyes, son súbditos de algo más grande, de algo que los maneja como piezas de ajedrez, y piezas con movimientos tan reducidos como el rey que creen ser.

miércoles, 13 de agosto de 2008

La X Naranja.


Primero no fue nada, después llamó la atención de todos. Mal que mal era sólo una X pintada en una muralla. Las murallas suelen tener dibujos o mensajes; una X no era de mayor relevancia.

Era raro que la X no fuera sólo una, sino varias. En pocos días las X coloreaban toda la grisácea ciudad. Eran sólo X, menos relevantes que cualquier otro graffiti disponible a la vista en cualquier rincón de la ciudad. Muchas X en las murallas no decían nada, nada al menos para la mayoría de la gente.

Los peatones comunes no se preguntaban por qué proliferaron tan repentinamente tantos de esos símbolos en las murallas de la ciudad. Otros, un poco más atentos, se dieron cuanta de que no era normal tal uniformidad en las X que de pronto aparecieron antes ellos en sus monótonas caminatas por la ciudad. Un tercer grupo, menor que cada uno de los anteriores, se cuestionó y trató de elucubrar el por qué de todo esa sistematización casi propagandística presente en su ciudad. Este último grupo era, en realidad, una sola persona.

Un día normal, al salir de su casa, lo primero que le iluminó los ojos fue una X roja rayada en la muralla de enfrente. Le llamó la atención porque era muy grande y estéticamente trabajada, además de estar pintada con un color anaranjado muy chillón. Al día siguiente, la X seguía allí, pero la recordó al llegar a su trabajo, pues en el portón de entrada de la Fábrica Estatal de Estampillas estaba la misma X anaranjada. En ese preciso instante abandonó la idea simplista de “es sólo una X” y pasó al de “ya son dos X, esto no es casualidad”. Adquirió el estado de cuestionamiento de “Esto es intencional y es raro” cuando su trayecto casa-trabajo estaba tapizado con X anaranjadas que no lo dejaban pensar en las cosas triviales que cualquier empleado estatal debe pensar: Televisión, fútbol y problemas.

Su curiosidad y miedo se incrementaron cuando las X anaranjadas ya no estaban solas, sino que abajo traían un mensaje:

HAZLO BIEN.

Sus elucubraciones anteriores se vieron sobrepasadas con esto. Sus teorías, desde las simplistas hasta las más complejas, se presentaron insuficientes frente a este nuevo escenario. La frase podía significar varias cosas: una nueva propaganda estatal que propulse el buen trabajo, como ya ha sucedido antes; la promoción de un nuevo grupo de resistencia, similar a los ácratas que hace poco fueron desbaratados por “razones de Estado”; una nueva publicidad de alguno de esos productos estrella del Estado. Lo que tenía claro es que esto era producto de una organización con pretensiones grandes, pues las empresas propagandísticas comienzan así, estableciendo una simbología que identifique para simplificar las ideas en las mentes de las personas.

Con esto de las X, su vida había dejado de ser monótona y obvia: tenía algo más en qué pensar. Elucubraba ideas posibles todo el día, y las alimentaba con los rumores de sus compañeros de trabajo. Empezaba a relacionar todo con las X. Ciertas conversaciones de sus superiores, los mensajes que daba el líder en televisión, todas las noticias que cubría la crónica roja, las congregaciones clandestinas de los grupos subversivos, los resultados del deporte, todo le parecía relacionarse con las X.

Empezó a ir al museo-biblioteca para revisar los discursos del líder en años anteriores. Descubrió ciertas cifras en los 187 discursos que estudió en sus domingos libres: mencionó 1.208 veces la letra X; dijo 3 veces la frase “hazlo bien”; una vez se vistió de naranjo; doce veces mencionó temas referentes a los graffitis.

Se decidió a descubrir qué había tras todo esto. Al día siguiente, al salir de su casa, se dio cuenta que las murallas estaban limpias, sin rayados. Al ver que su preocupación máxima ya no existía, automáticamente volvió a pensar en el programa de televisión que vio la noche anterior y qué comentaría con sus compañeros.

lunes, 28 de julio de 2008

George Orwell.


George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair (1903 – 1950), escritor y periodista británico. Uno de los ensayistas más destacados del siglo XX, reconocido por dos de sus novelas que representan una fuerte crítica al sistema totalitario de Stalin y a todos los totalitarismos en general: “Animal farm” (“Rebelión en la granja”) y “1984”.

En sus novelas se retratan ideas muy importantes para identificar cuándo estamos frente a una distopía y preceptos de manejo político que aun hoy podemos evidenciar. En “1984”, Orwell indica que las transformaciones históricas más trascendentales se han limitado al cambio de amo, tema que trata en ambas novelas y que es considerado una analogía con los hechos sucedidos tras la Revolución Bolchevique de 1917, en la que se saca del gobierno a la aristocracia zarista rusa y se instalan los bolcheviques, permaneciendo básicamente intacta la estructura social. En la revolución rusa se cambió a un zar por otro. Stalin era conocido como el “zar rojo”. La idea de Giussepe Tomasi de Lampedusa en “El Gatopardo” de cambiar todo para que todo siga igual se presenta también en lo que delata Orwell: el simple cambio de personas, sin cambios estructurales. Tópico que también podemos identificar con nuestra realidad: cambian los ministros, cambian los parlamentarios, cambian los alcaldes, y todo sigue igual. Sólo cambiar a la persona, no significa un cambio realmente gravitante en cuanto a los problemas de los que no forman parte del gobierno, ya que estos últimos siguen viviendo de la misma manera.

Hacerle creer a la población que están ocurriendo cambios es la tarea del Estado. Controlar la información es una manera efectiva de hacer esto, considerando que los medios masivos de comunicación, como la televisión y los periódicos, son los grandes responsables de lo que piense la población. Controlar la información, deformarla a conveniencia y repetir una y otra vez determinadas ideas para que se osifiquen en la memoria de la población constituye una forma de hacer política, destinada mantener ignorante y “mal” informada a una parte de la población que se dedique a acatar, nunca a criticar. El pasado – dice Orwell – no es sino lo que afirman las constancias escritas y se guarda en el recuerdo del hombre, las personas creerán lo que les diga alguien con sabiduría reconocida en algún ámbito: creerán la historia si se las dice un historiador, creerán las cifras económicas si las dice un economista. Las personas creen, según quién se los diga; y es el Estado en gran medida el que promueve o descalifica determinadas autoridades respecto a determinados temas: en manos del Estado está la censura de algunos autores; en sus manos está la entrega de aportes económicos a otros autores. ¿Para qué hace esto el Estado? Para mantener el poder político, controlando el presente y el pasado, y por tanto el futuro. En palabras de Orwell, quien controla el pasado domina el futuro; quien controla el presente controla el pasado.
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sábado, 26 de julio de 2008

Evitar la Distopía.



Dystopia: "It is, perhaps, too complimentary to call them Utopians, they ought rather to be called dys-topians, or caco-topians. What is commonly called Utopian is something too good to be practicable; but what they appear to favor is too bad to be practicable."

Stalin dijo: "Las ideas son más poderosas que las armas. Nosotros no dejamos que nuestros enemigos tengan armas, ¿por qué dejaríamos que tuvieran ideas?". El líder de un Estado Totalitario entendía que podía luchar contra las personas, las que eran perecederas; en cambio las ideas pueden persistir. No puedes torturar una idea, no puedes asesinarla, no puedes lastimarla. Sí puedes acabar con su creador, pero cualquiera en el futuro puede retomarla y hacerla realidad.
La tarea del artista es crear e inventar algo nuevoa a partir de elementos que ya existen. Su tarea es delatar algo que está mal y decirlo con su lenguaje propio, su lenguaje impresionante que logra llegar a las personas y hacerlas pensar.
Hacer que una persona piense puede ser más peligroso que darle un arma. Sacar a una persona de su vida rutinaria y monótona con el fin de hacerla ver algo que antes no había visto es una tarea difícil, considerando que hacerla ver requiere sacarla de sus segura y tranquila vida, con pocos lujos y pocos problemas. Violencia, delincuencia, miedo, alzas de precios, asesinatos son de las pocas cosas malas que debe enfrentar; poca corrupción, escasas libertades, servicios estatales que funcionan, una policía eficiente, penas más duras son de las cosas buenas. El Estado quiere lograr que las personas se conformen con su vida.
Una forma muy efectiva de luchar contra las ideas es a través de la ignorancia. Mantener una población ignorante es erradicar la posibilidad de que las ideas se asienten en alguna mente interesada. La semilla de las ideas no florece si en la tierra del pensamiento se esparció la sal de la ignorancia.
Hay cosas que suceden ante nuestras narices y ni siquiera cuenta nos damos de ello. Nos arrebatan cosas que no sabemos que poseemos y nos dan otras que ni sabemos que no necesitamos. Todo puede ser falso, quizás nada es real.
Pensar es la herramienta para criticar. Criticar es un paso, un paso que algunos ya han dado, por eso conocer cómo lo hicieron puede dar pistas del camino a seguir y mejor aún, del camino a evitar. Qué no debemos hacer puede llegar a ser más valioso que cualquier consejo: Para llegar a la Utopía, es necesario evitar las Distopía.
Te puedes quedar de brazos cruzados y conformarte con tu vida... pero también puedes hacer algo: informarte.
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